Quien viva en Berlín desde hace ya unos años sabe que la historia del aeropuerto Berlín-Brandeburgo Willy-Brandt (BER para los amigos y así lo nombraremos de aquí en adelante) es un auténtico escándalo de la ciudad de Berlín. Y es que el aeropuerto se ha convertido a lo largo de los años en la broma entre los residentes, que pensábamos que nunca lo veríamos abierto, pero que finalmente se inauguró el 31 de octubre de 2020, en plena pandemia mundial, con casi una década de retraso y 4.000 millones de euros por encima de su presupuesto actual.
En este post os queremos hablar sobre la escandalosa historia del BER y también queremos daros una serie de consejos, recomendaciones y advertencias para cuando paséis por este aeropuerto.
UN POQUITO DE HISTORIA
Tras la Segunda Guerra Mundial y con la división de las dos Alemanias, existían en la ciudad de Berlín tres aeropuertos: Tegel, Schönefeld y Tempelhof.
El aeropuerto de Tempelhof fue descrito por el arquitecto Norman Foster como “la madre de todos los aeropuertos”. Los primeros vuelos sobre el aeropuerto de Tempelhof se realizaron en 1909, pero no fue hasta 1923 cuando Tempelhof fue inaugurado oficialmente como aeropuerto. La famosa aerolínea alemana Lufthansa fue fundada en 1926 y se estableció en este aeropuerto, que durante los años 30 recibió a numerosos pasajeros de todas partes del mundo. Como curiosidad, nos gustaría contarte que la terminal de Tempelhof fue el mayor edificio del mundo hasta la creación del Pentágono en 1943.
Tras la división de Berlín, Tempelhof quedó ubicado en el sector americano. En 1948 se produce el Bloqueo de Berlín por parte de la Unión Soviética y se cortan todas las comunicaciones terrestres de Berlín Oeste con el fin de dejar sin suministros a la ciudad. En ese momento comenzó la operación conocida como “Puente aéreo” y tanto Tempelhof como Tegel recibieron muchísimos vuelos diarios para abastecer a los ciudadanos de Berlín Oeste. El Bloqueo de Berlín termina en septiembre de 1949, cuando los soviéticos se dan cuenta de que Berlín Oeste no iba a rendirse tan fácilmente.
Tras la caída del Muro de Berlín el aeropuerto de Tempelhof fue empleado como aeropuerto comercial. Sin embargo, como está ubicado muy cerca del centro de la ciudad, sus pistas de aterrizaje y terminales no se pudieron ampliar, por lo que los grandes aviones no podían aterrizar aquí y poco a poco fue recibiendo cada vez menos vuelos. El cierre de este aeropuerto se produjo el 31 de octubre de 2008 y hoy en día, el antiguo aeropuerto de Tempelhof es un parque de uso público y uno de nuestros lugares preferidos de la ciudad.
El aeropuerto de Tempelhof
El aeropuerto de Tegel, situado en el norte de la ciudad, recibe también sus primeros vuelos en 1909, cuando el Conde von Zeppelin lleva los primeros dirigibles a Berlín. Sin embargo, la tragedia del Hindenburg de 1937, en la que un dirigible se incendió durante un intento de aterrizaje, provocó que los dirigibles dejaran de ser empleados como transporte de pasajeros y Tegel dejó de recibir dirigibles.
El aeropuerto de Tegel comienza a funcionar como tal en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial y en plena Guerra Fría. Fue construido en 90 días en pleno Bloqueo de Berlín para abastecer a la ciudad de Berlín Oeste y siguió funcionando como aeropuerto desde entonces.
En 1970 se construyó el que fue durante muchos años el edificio principal de Tegel: una terminal con forma hexagonal. Tras la caída del Muro de Berlín en 1989 aumentó el flujo aéreo hacia la capital alemana y entonces se puso de manifiesto la necesidad de construir un nuevo aeropuerto. El aeropuerto de Tegel cerró definitivamente sus puertas el 8 de noviembre de 2020.
El aeropuerto de Schönefeld, situado en el estado de Brandenburgo y a unos 20 kilómetros de Berlín, fue inaugurado en 1934. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, el aeropuerto de Schönefeld cae en manos soviéticas y se convierte así, en el único aeropuerto de Berlín Este. Tras la caída del Muro de Berlín se convirtió en uno de los 3 aeropuertos de la ciudad de Berlín. Como tal cerró sus puertas el 25 de octubre de 2020. Desde entonces ha cambiado su nombre y forma parte de BER, como una de sus terminales, al terminal 5.
El aeropuerto de Berlín
Tras la caída del Muro de Berlín se puso en marcha el proyecto para la construcción de un nuevo y único aeropuerto que estuviera a la altura del nuevo Berlín unificado. El proyecto planeaba convertir el nuevo aeropuerto de Berlín en un centro de operaciones (hub en inglés), es decir, un punto de conexión estratégico global, donde se concentran y transfieren grandes cantidades de pasajeros y mercancías a diferentes destinos en el mundo. Y ahí reside uno de los principales problemas en la historia de la planificación y construcción de este aeropuerto.
En esta época, ni Europa ni Alemania necesitaban otro aeropuerto hub ya que en los 90 Frankfurt era el aeropuerto alemán con más pasajeros en tránsito. Además, convertir el aeropuerto de Berlín en un hub necesitaría el apoyo de la compañía aérea alemana Lufthansa, que en 1995 había establecido su centro de operaciones en Múnich. Así, el concepto del aeropuerto que Berlín necesitaba estaba mal planteado desde los inicios porque la planificación de un aeropuerto hub y un aeropuerto de destino son diferentes.
La elección de la ubicación del aeropuerto fue también una mala elección. Se barajaron muchas opciones y la mejor ubicación era Sperenberg, una base aérea abandonada sin población alrededor a unos 55 kilómetros al sur de Berlín. Schönefeld, sin embargo, ocupaba el último puesto entre las 7 localizaciones que se contemplaron. La locación de Schönefeld estaba más cerca del centro de Berlín, pero contaba con algunas desventajas que fueron ignoradas, como por ejemplo, la existencia de población alrededor que debía ser realojada, las posibilidades de expansión era limitadas para alojar un aeropuerto hub, los problemas que ofrecía para el aterrizaje para los aviones y la contaminación acústica para las poblaciones situadas en el área del aeropuerto.
¿Y por qué se construyó entonces en Schönefeld? De las decisiones sobre el aeropuerto de Berlín se encargaron el Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de Berlín y el Gobierno del Estado de Brandenburgo. La construcción de un nuevo aeropuerto implicaba ciertos beneficios económicos de los cuales todos querían beneficiarse.
El estado de Brandenburgo prefería la construcción en el aeropuerto de Sperenberg, mientras que el estado de Berlín prefería Schönefeld. Así pues, el Gobierno Federal se decantó por Schönefeld, ya que está en el límite entre ambos estados federados y así ofrecía una solución para satisfacer a ambos. Además, así se evitaba los gastos para construir las infraestructuras hacia el aeropuerto de Sperenberg.
Así fue como en 1996 las autoridades encargadas de la planificación y construcción del aeropuerto ignoraron las opiniones de las compañías aéreas y se decidió que la localización del nuevo aeropuerto sería Schönefeld. Muchos vecinos de la zona tuvieron que ser realojados y muchos habitantes de las poblaciones alrededor de Schönefeld sufren por el ruido de los aviones. Es por eso que en Schönefeld actualmente no aterrizan ni despegan aviones entre las 00:00 y 05:00 horas, lo que ya desde el comienzo impidió que se pudiera construir un aeropuerto hub con tráfico aéreo las 24 horas.
Panel con los controles de seguridad
La construcción del aeropuerto comenzó en 2006 y su inauguración estaba prevista inicialmente para octubre de 2011. Sin embargo, los problemas técnicos, arquitectónicos y estructurales, la mala planificación, ejecución, gestión y corrupción de la construcción, así como la crisis financiera mundial de 2007 y 2008, retrasaron el progreso del proyecto, aumentando considerablemente los costes originales y haciendo que el aeropuerto se convirtiera en vergüenza y broma para los residentes de Berlín.
Te vamos a contar de manera muy resumida algunos de estos problemas que salieron a la luz a raíz de la supuesta inauguración, para que puedas hacerte una idea de la magnitud del desastre: instalación de las bombillas de luz incorrectas, el sistema de información de vuelos no funcionaba, no había suficientes videocámaras, escaleras mecánicas con peldaños muy cortos, el número de mostradores de facturación era insuficiente, insuficiente capacidad para una gran afluencia de pasajeros, el sistema de transmisión de emergencias no funcionaba, el cableado estaba defectuoso… Así hasta más de medio millón de problemas por resolver.
Pero la peor parte fue, sin duda, el sistema de extracción de humos y el de protección contra incendios que resultó defectuoso y no superó los estándares reglamentarios de los controles. Con esto nos referimos a que pusieron los extractores de humo en el suelo: el humo en un incendio va hacia arriba, por lo que poner los extractores de humo en el suelo es un error colosal. Y cuando quisieron corregirlo, los techos no aguantaban el peso de los extractores. Un problemilla de nada, vamos. Pero lo más escandaloso fue, que aun con esta información de la mano, quisieron seguir adelante con la gran inauguración, barajando la posibilidad de incluir empleados temporales en las puertas para dar la alarma con los teléfonos móviles en caso de incendio. ¿Es esto acaso “eficiencia alemana”?
Con todos estos problemas, los inspectores de aviación vieron que inaugurar el aeropuerto era una auténtica locura y dos semanas antes de la inauguración, Angela Merkel la canceló.
Desde entonces, las obras trataron de resolver los más de 60.000 fallos denunciados en los informes periciales y se fue posponiendo la fecha para la supuesta inauguración hasta que, finalmente, el aeropuerto se inauguró el 31 de octubre de 2020, en plena pandemia de COVID-19 y sin un tráfico de pasajeros normal.
Puerta de embarque
El aeropuerto ya está inaugurado, pero los problemas no han concluido. Mucho antes de saber la fecha de inauguración del aeropuerto se sabía que se había quedado pequeño. Este aeropuerto estaba diseñado para acoger a unos 27 millones de pasajeros, pero ya en el año 2017 los aeropuertos de Schönefeld y Tegel habían superado esa cifra. Además, algunos de todos aquellos problemas no fueron resueltos después de tantos años de retraso, como la escasez de escaleras mecánicas y ascensores, la ausencia de rampas o los peldaños demasiado estrechos de las escaleras mecánicas. Pero es que además, a esos antiguos problemas, se han sumado otros nuevos, como por ejemplo el reemplazo de algunos monitores ya que, tras tantos años de retraso, la tecnología había quedado obsoleta.
Si queréis conocer en profundidad la historia del aeropuerto de Berlín, os recomendamos que escuchéis el podcast “How to fuck up an airport”, donde explican con pelos y señales todos los problemas y escándalos de este aeropuerto.
CÓMO LLEGAR AL AEROPUERTO BER
El aeropuerto está situado al sur de Berlín, a 28 km del centro, y cuenta con tres terminales: T1, T2 y T5, esta última situada en un edificio aparte y actualmente cerrada. A continuación te contamos cómo puedes llegar al aeropuerto BER:
Transporte público: para ello necesitas comprar un billete de la tarifa ABC que cuesta 3,80 euros. Hay diferentes formas de llegar al centro de Berlín:
- FEX (Airport Express): es la conexión más rápida para llegar al centro de Berlín, ya que hace muy pocas paradas. Conecta Hauptbahnhof, Gesundbrunnen y Ostkreuz con BER T1 y T2. Tiene una frecuencia de 30 minutos.
- R8: es un tren regional que conecta Zoologischer Garten, Hauptbahnhof, Friedrichstraße, Alexanderplatz, Ostbahnhof y Ostkreuz con BER T1 y T2. La única pega es que pasa cada hora.
- RB23: es un tren regional que conecta Charlottenburg, Zoologischer Garten, Hauptbahnhof, Friedrichstraße, Alexanderplatz, Ostbahnhof y Ostkreuz con BER T1 y T2. La única pega es que pasa cada hora.
- S-Bahn (S9 y S45): estas dos líneas de cercanías os llevan a distintos puntos de la ciudad. La línea S9 pasa por el centro de la ciudad (Charlottenburg, Zoologischer Garten, Hauptbahnhof, Friedrichstraße, Alexanderplatz, Ostbahnhof, Warschauer Straße, Treptower Park) y la línea S45 pasa por el sur de la ciudad (Südkreuz, Tempelhof, Hermannstraße, Neukölln). Ambas líneas tienen una frecuencia de 20 minutos.
- Autobuses X7 y X71: ambas líneas de bus enlazan con la línea de metro U7 (Rudow) y es una buena opción si queréis ir al sur o al oeste de la ciudad. El autobús X7 tiene una frecuencia de 5-10 minutos y el X71 una frecuencia de 20 minutos.
Taxi: desde el aeropuerto al centro un taxi puede costarte alrededor de 50 euros.
LOS TEMIDOS CONTROLES DE SEGURIDAD
Los controles de seguridad del aeropuerto de Berlín están mal diseñados y la consecuencia de ellos son las enormes colas que se forman y la cantidad de tiempo que uno pierde. ¿Y por qué están mal diseñados? Pues la respuesta es muy sencilla. Te invitamos a que observes esta fotografía.
El control de seguridad
Como puedes ver la zona de preparación, es decir, la parte del control donde uno se prepara y va sacando sus cosas solo permite que haya una persona por control, lo que provoca una lentitud increíble a la hora de pasar el control de seguridad, a pesar de que no haya muchas colas. En un aeropuerto normal hay una media de 3-5 pasajeros por control sacando sus cosas, lo cual agiliza mucho el proceso. Lo que en un aeropuerto al uso pueden ser 20 minutos, en Berlín se pueden formar colas de horas.
A todo ello se suma que muchas veces, y debido a la falta de personal, casi nunca están todos los controles abiertos, lo que empeora la situación. En fechas señaladas de comienzo de vacaciones escolares o navidad, se han vivido momentos de tensión y algunos pasajeros han llegado incluso a perder sus vuelos.
En la T1 existen 5 controles de seguridad y si viajas con niños hay controles de seguridad para familias, mientras que en la T2 solo hay un control. Para evitar las colas, tenemos una recomendación: se puede reservar una hora para pasar el control de seguridad y así evitar colas. A través de este enlace puedes reservar con un máximo de 3 días de antelación una cita para pasar el control de seguridad, metiendo el destino, tu vuelo y la hora a la que quieres pasar el control. El control habilitado para este servicio es el número 4 de la T1 y se te permite acceder 10 minutos antes y después de la hora reservada. Un buen servicio para evitar colas.
VIAJAR CON NIÑOS
Viajar con niños (¡y sus trastos!) tampoco es fácil. Hasta ahora ha sido en el único aeropuerto en el que no nos han dejado llevar el carrito hasta la puerta del avión, a no ser que tengas un carrito plegable que entre debajo del asiento.
Esto es un inconveniente ya que siempre tienes que pasar por el mostrador de check-in para que te pongan una etiqueta en el carro y así poder llevarlo a la cinta de equipaje especial (que está antes del control de seguridad). Y claro, te quedas sin carro hasta que te montas en el avión, con la consecuencia de que si haces escala o se te retrasa el vuelo, no tienes el carro contigo.
Al pasar el control de seguridad tienes la posibilidad de pedir un carrito en el mostrador de información, pero son de modelo de paraguas, por lo que si viajas con un bebé que necesita estar tumbado no te será de mucha utilidad.
Cuando aterrizas en Berlín, los carritos no te los dejan en la puerta del avión, sino que tendrás que ir a recogerlos por la cinta de equipaje especial. Esto también dificulta la rapidez de salir del aeropuerto, ya que tienes que esperar a que te saquen el carro y esto puede tardar un rato.
El aeropuerto de Berlín con niños
Esperamos que esta rocambolesca historia y estos consejos te sirvan si pasas por el aeropuerto de Berlín y así comprendas por qué puede que funcione todo tan mal, a pesar de estar en Alemania, donde se da por supuesto la eficiencia.
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